Teatro Carolina Coronado

El teatro Carolina Coronado de Almendralejo, quizás por su desafortunada reforma de 1971, en la que perdió la dignidad teatral que le daban los palcos, nunca ha sido considerado por los estudiosos del arte como un edificio significativo, a pesar de ser un edificio pionero en Extremadura.


La estructura de edificio, que se proyectó a principios de siglo pasado sigue la concepción de "teatro a la Italiana", utilizada en todas partes a lo largo del siglo XIX. La voluntad del promotor del Teatro Carolina Coronado estaba en consonancia con el espíritu de creación de grandes espacios escénicos. Este teatro se concibió como una gran sala de unas dimensiones majestuosas, la altura entre el techo y el patio de butacas excedía de los 15 metros.



Sobre ese espacio vertical se situaban las plateas, sustentadas por columnas de hierro fundido y los dos anfiteatros. El proyecto bastante ambicioso, ya que estaba concebido para albergar a 1.700 espectadores teniendo en cuenta que el Teatro Real de Madrid nació con un aforo de 1.800 espectadores.

También debe tenerse en cuenta, como factor a valorar en este edificio, que la construcción del Teatro Carolina Coronado supondrá la incorporación del hierro como componente arquitectónico importante en nuestra región. No sólo se va a utilizar este material como elemento sustentante, sino que se emplea en una función puramente ornamental o de seguridad. El acero es empleado en la construcción de la armadura que sostiene la cubierta del Teatro, de hierro fundido son las columnas que soportan los palcos y las barandillas de los anfiteatros, con hierro se enmarcan los vanos acristalados que se abren en la ecléctica fachada principal del Teatro y le da esa sensación de ligereza, y de madera y fundición eran también las butacas instaladas de forma abigarrada en la sala, butacas que eran desmontadas cuando en las fiestas, como el Carnaval, se utilizaba el patio de butacas como Salón de Baile.



Con la progresión demográfica y con la base de la economía centrada en el sector primario, con una incipiente industria transformadora, buenas vías de comunicación, la población se enriquecía económicamente, lo que posibilitaba la construcciónde edificios para actividades culturales y recreativas de un considerable valor artístico como: la Plaza de Toros (1834), el Teatro Carolina Coronado (1916), el Círculo Mercantil (1924), o el Obrero Extremeño (1930).

En este marco, se puso en marcha el proyecto para construir el edificio que nos ocupa: el Teatro Carolina Coronado. Una obra de la que se conservan los planos originales, realizados por el arquitecto portugués A. Coffino; del que se tienen muy pocos datos, salvo que se anunciaba como arquitecto y constructor civil, especialista en cemento armado y que tenía su estudio en la Rúa dos Retroceiros número 35 de Lisboa

Debido a la nacionalidad portuguesa de A. Coffino, la validez del proyecto que presentó ante las autoridades competentes D. Pedro González Torres, el promotor del Teatro Carolina Coronado, fue cuestionada, y probablemente el mismo, después de ser modificado en aspectos como el del aforo, fue validado por el arquitecto provincial Ventura Vaca, miembro de una saga de arquitectos que trabajan durante los siglos XIX y XX en Badajoz. Ventura Vaca había trabajado con anterioridad en Almendralejo; se le atribuye el proyecto que dará lugar al Palacio de Justicia (1886), y fue el autor de los planos para la Cárcel (1887) y la Casa Hospital de la Caridad (1888).

Las pinturas que realizo en 1916 el pintor costumbrista Adelardo Covarsí para decorar el Teatro Carolina Coronado son un valor añadido al propio edificio. Con el Teatro Carolina Coronado construido, en 1915, después de que Covarsí hubiese llevado a cabo el obligado viaje de estudios por Europa, que debía realizar cualquier artista que se preciase, y habiendo obtenido plaza ese mismo año como profesor en la Escuela de Artesanos de Badajoz, el artista se encuentra en un momento óptimo de vigor y madurez para hacerse cargo de un trabajo de la envergadura que suponía la decoración de un teatro de las dimensiones del que se había construido en Almendralejo.

El trabajo realizado por Adelardo Covarsí se centró en la decoración del Vestíbulo, el Salón Noble y en la Sala trabajó en el techo, la boca del escenario y muros, aunque no está del todo claro que interviniese directamente en la decoración de los paramentos verticales de la Sala, que están decorados con pigmentos sobre una base de yeso. Covarsí recurre a la mitología como fuente de inspiración abandonando los temas regionalistas.

En 1971 el Teatro Carolina Coronado sufre una transformaciónnegativa por medio de la cual se acondiciona el edificio exclusivamente para sala de cine. Sobre las razonespor las que se lleva a cabo estas reformas presenta unos cuadernos publicados por a Dirección General de Arquitectura y Edificación (MOPU), sobre “·Proyectos de Recuperación de Teatros”, argumentará: “Las dificultades económicas que siempre ha planteado elteatro y el desarrollo posterior del cinematógrafo, produce en la actividad teatral una profunda crisis. La mayoría de los teatros, se usan prácticamente con exclusividad como sala de proyecciones y muchas sufren profundas transformaciones para adaptarsea este espectáculo, y la casi totalidad, un absoluto abandono...”

Esta descripción se ajusta perfectamente con lo que sucedió en el Teatro Carolina Coronado de Almendralejo y aún se queda corta.

En 1971 se plantea un proyecto de reforma del teatro, para convertirlo en sala de cine, que realiza el arquitecto J. Mancera Martínez. En dicha reconversión se suprimieron los palcos, se rebajó el techo, colocando un cielo raso de escayola a unos ocho metros de altura, con lo que quedaron cubiertas las pinturas con las que el pintor Adelardo Covarsí decoró en su momento la sala y, en definitiva, se vulgarizó unos de los auditorios más significativos de Extremadura.

Precisamente la relativa proximidad en el tiempo transcurrido entre la muerte de Adelardo Covarsí y la reforma de 1971, “veinte años no es nada”, impidieron valorar de forma adecuada, el conjunto decorativo con el que, 1916, fue embellecido el Teatro Carolina Coronado.


Hoy en día se ha recuperado para nuestra época los palcos que tenía en sus inicios, allá por el año 1916, se ha adecuado la cubierta, se introdujeron mejoras en el alumbrado, está climatizado tanto para el invierno como el verano, se reformaron los camerinos y se adecentaron las paredes laterales, entre otras mejoras.

Además, también se intentó con la rehabilitación, reproducir las butacas que había en el auditorio cuando abrió este teatro por primera vez con la excepción de que el respaldo y los asientos, en vez de ser de hierro forjado, son de madera, de unos materiales más cómodos y actuales.

El día 17 de febrero de 2004 se reabrió el Teatro Carolina Coronado.



FUENTE:
almendralejo.es