Juanita Smith

Badajoz. Abril de 1812. Las tropas inglesas de Wellington, tras una durísima batalla, toman la ciudad en manos del ejército francés.


En medio
de la ciudad arrasada y sembrada de cadáveres, entre soldados ingleses borrachos dedicados a la rapiña y el saqueo, y el olor a pólvora y sangre, dos niñas, vestidas de negro riguroso y con el cabello cubierto por una mantilla, avanzan entre los escombros camino del campamento de los oficiales extranjeros para pedirles protección.

Un oficial de 25 años, Harry Smith, atiende a las jóvenes conmovido ante su presencia.


Esta escena real es el inicio de una de las mayores historias de amor en tiempos de guerra.


Ju
ana Ma
ría de los Dolores de León, la pequeña de las hermanas, se casaría tan sólo un mes después con el oficial inglés dejando atrás su Badajoz querida para siempre.

D
e hija del asedio pasó a dama de la alta sociedad inglesa, a reina de África, a gobernadora de Ciudad del Cabo, a dar nombre a una de las ciudades sudafricanas, Ladysmith.

Juana María de los Dolores de León Smith, que había nacido en torno a 1798, era bisnieta de Juan Ponce de León.

Después del asedio, en vez de dejar que la mandaran a casa de la familia de su marido, escogió acompañar a Harry Smith en el ejército. Se quedó junto a él el resto de la guerra, acompañándolo en el tren de equipajes, durmiendo al aire libre en el campo de batalla, paseando junto a las tropas y compartiendo todas las privaciones de la campaña. Su belleza, coraje, buen juicio y carácter amable la hicieron querida por los oficiales, incluyendo el Duque de Wellington, quien habló de su familiaridad con Juanita. Era idolatrada por los soldados.

Con la excepción del periodo de la guerra anglo-americana de 1812, acompañó a su marido a todos sus destinos, siendo los más notables los dos en Sudáfrica, donde Sir Harry, el cual había sido nombrado caballero mientras tanto, sirvió como Gobernador de la Colonia del Cabo y Alto Comisionado.

El Parlamento Británico concedió a Juana Smith una pensión de 500 libras el 5 de diciembre de 1848 en reconocimiento a los servicios prestados por su marido al país. La pareja siempre se desesperaba por el dinero y él luchó por obtener una pensión para ella durante sus últimos años.

Conocida como Lady Smith durante sus años finales, Juana Smith es conmemorada directamente en el nombre de la localidad sudafricana de Ladysmith, e indirectamente en el de la Ladysmith de la Columbia Británica en Canadá.

Murió el 10 de octubre de 1872.